En un desafío por encontrar el "¿que pintar?", me encontré con dibujos y garabatos de cuadernos en los que aparecían espirales muy diferentes unos de otros. Paralelamente....
...... en un zapallar que cubría una medianera en mi casa observaba, durante su crecimiento, la eficacia de las guias espiraladas que se aferraban a lo que encontraban.
...... En las sombras que proyectaba mi pelo enrulado se generaban, ondulantes como tentáculos, sombras serpentinas.
Sucede que pinto un cuadro con un espiral titulado "Concepción Lunar"( el cuadro de la izquierda abajo). A partir de ahí, dejo de pintar unos meses, hasta que en enero del 2008 realizo un mural en el barrio General Paz, en Esquiú 33 (casa de unos amigos recién mudados, donde se encontraba la sala de ensayos gestionada por "Pato", en la cual ensayaba la banda de reggae cordobesa GERMINANDO). La utilización de paisajes que recordé de las nocturnas montañas bolivianas, me sirvieron para generar una fantasía en la cual los espirales intervenían como tentáculos enraizados.
Hoy día tengo realizada una producción de cuadros de Paisajes urbanos y fantásticos, en los que los surrealistas espirales intervienen apoderándose como raíces de alguna enredadera mágica, que se despliegan en ese universo. Coloridos garfios estrujando edificios, pigmentando las calles, creciendo entre seres "naturalmente sobrenaturales", conteniendo el reflejo de una realidad colectivamente inconciente.
Observando dia a dia las calles, me fui encontrando con que los espirales son una aberración de las formas que genera el arte humano. Sometidos a mil empleos y diseños, se han convertido en aureos y grotescos. En las calles, en los portones, en la hipnosis, en el barroco, construcciones, en los dibujos a mano alzada. Una creación de ese Inconciente Colectivo que sugiere Jung.
13 dic 2008
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